Las islas Orcadas, en Escocia, la 'meca' de energía marina en el mundo
Al haber muchas islas juntas, las corrientes marinas que pasan entre ellas son mucho más fuertes que en otros lugares
Jueves, 30 de agosto de 2012 a las 10:26
Las islas Orcadas se han convertido en el lugar propicio para el desarrollo de la energía marina (Getty Images).
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Las compañías privadas quieren ver resultados muy rápidos pero lleva su tiempo. Su verdadero desarrollo depende de la voluntad de políticos que lamentablemente estará condicionada por los accidentes nucleares que haya y del precio del petróleo | ||
Stephen Salter, investigador |
(EFE) — Gracias a sus olas y sus fuerte
mareas, las remotas islas Orcadas en el norte de Escocia se han
convertido en la meca internacional de la energía marina, una de las
renovables más limpias y con más futuro.
El archipiélago de 70 islas, conocido hasta ahora por sus quesos, su exclusivo whisky de malta y ternera de gran calidad, es la sede de uno de los laboratorios de energía marítima más importante del mundo, el Centro Europeo de Energía Marina (EMEC).
Escocia se ha propuesto convertir estas tranquilas islas del Mar del Norte, con apenas 30,000 habitantes, en referencia mundial de la electricidad generada por la fuerza de las olas y las corrientes marinas.
Sentado en un banco del puerto de la idílica localidad de Stromness, el profesor Stephen Salter, considerado el padre de la energía marina, recuerda los comienzos de lo que hace cuatro décadas parecía ciencia ficción.
"Empezamos en 1973, había mucho entusiasmo pero en la década de 1980 se paró la inversión y fue muy duro. Hasta ahora nadie se lo ha había vuelto a tomar en serio", explica a Efe el inventor del primer artefacto que convirtió el poder de las olas en electricidad.
Salter destaca el enorme potencial, pero insiste que sin el apoyo de los gobiernos es imposible desarrollar este tipo de energía.
"Las compañías privadas quieren ver resultados muy rápidos pero lleva su tiempo. Su verdadero desarrollo depende de la voluntad de políticos que lamentablemente estará condicionada por los accidentes nucleares que haya y del precio del petróleo", apunta este experto, que prevé que la energía marina tardará 25 años en ser rentable.
Brian Johnston, responsable en las islas de la empresa escocesa de energías renovables Scotrenewables, muestra orgulloso uno de sus prototipos, instalado ante la marina de la localidad de Kirkwall y que genera electricidad a partir de las corrientes.
Este joven experto explica que, aunque solo se puede ver la superficie, una especie de tubo amarillo que flota, debajo cuenta con varias hélices que pueden medir entre 30 y 80 metros, una especie de molinos de viento gigantes y submarinos.
"Esta zona es perfecta. Al haber muchas islas juntas, las corrientes marinas que pasan entre ellas son mucho mas fuertes que en otros lugares", explica Johnston, que espera que en 2015 se podrán lograr granjas de molinos submarinos rentables y de ahí expandir la tecnología internacionalmente.
Una de las personas más implicadas en que la fuerza de las olas se convierta en una fuente de energía viable y comercial es Paul O'Brian, responsable de innovación de la agencia pública escocesa Scottish Enterprise.
"Tenemos que aprender de los errores del pasado. Hace 25 años estábamos liderando la investigación de esta energía pero el Gobierno retiró los fondos y Dinamarca se hizo con toda nuestra tecnología. Esta vez no vamos a desaprovechar las posibilidades que nos dan aquí las olas y las mareas", explica a Efe.
En 2003, el Gobierno británico puso en marcha en las islas Orcadas el Centro Europeo de Energía Marina, un laboratorio en el que compañías de todo el mundo prueban sus tecnologías. Todo empezó con tres especialistas, ahora trabajan allí 45.
La española Iberdrola, a través de su filial escocesa, es una de las compañías que más está invirtiendo en las islas.
"Hemos tenido mucho éxito en atraer compañías internacionales", reconoce O'Brian, que cuenta cómo la próxima semana un grupo de japoneses aterrizará en las Orcadas para analizar un sistema que se plantea como una buena alternativa energética para el país nipón.
Los beneficios para las pequeñas y rurales islas escocesas es ya evidente.
Según el Gobierno escocés, cada empresa que llega a las Orcadas para experimentar en el EMEC gasta un millón de libras (1.29 millones de euros) anual y el año próximo se esperan los equipos de catorce compañías de Australia, Japón, Chile, Alemania o la isla caribeña de Antigua.
Entre empleos directos e indirectos, de la energía marina viven en las islas 250 personas, que podría aumentar significativamente cuando se demuestre su viabilidad comercial y se convierta en una gran industria.
"La visión de los habitantes de las Orcadas ha creado este fenómeno. Fueron ellos los que promovieron la creación aquí del EMEC y nueve años después ya están recogiendo los frutos de esa apuesta", comenta mientras saluda a un grupo de vecinos de estas emprendedoras islas.
El archipiélago de 70 islas, conocido hasta ahora por sus quesos, su exclusivo whisky de malta y ternera de gran calidad, es la sede de uno de los laboratorios de energía marítima más importante del mundo, el Centro Europeo de Energía Marina (EMEC).
Escocia se ha propuesto convertir estas tranquilas islas del Mar del Norte, con apenas 30,000 habitantes, en referencia mundial de la electricidad generada por la fuerza de las olas y las corrientes marinas.
Sentado en un banco del puerto de la idílica localidad de Stromness, el profesor Stephen Salter, considerado el padre de la energía marina, recuerda los comienzos de lo que hace cuatro décadas parecía ciencia ficción.
"Empezamos en 1973, había mucho entusiasmo pero en la década de 1980 se paró la inversión y fue muy duro. Hasta ahora nadie se lo ha había vuelto a tomar en serio", explica a Efe el inventor del primer artefacto que convirtió el poder de las olas en electricidad.
Salter destaca el enorme potencial, pero insiste que sin el apoyo de los gobiernos es imposible desarrollar este tipo de energía.
"Las compañías privadas quieren ver resultados muy rápidos pero lleva su tiempo. Su verdadero desarrollo depende de la voluntad de políticos que lamentablemente estará condicionada por los accidentes nucleares que haya y del precio del petróleo", apunta este experto, que prevé que la energía marina tardará 25 años en ser rentable.
Brian Johnston, responsable en las islas de la empresa escocesa de energías renovables Scotrenewables, muestra orgulloso uno de sus prototipos, instalado ante la marina de la localidad de Kirkwall y que genera electricidad a partir de las corrientes.
Este joven experto explica que, aunque solo se puede ver la superficie, una especie de tubo amarillo que flota, debajo cuenta con varias hélices que pueden medir entre 30 y 80 metros, una especie de molinos de viento gigantes y submarinos.
"Esta zona es perfecta. Al haber muchas islas juntas, las corrientes marinas que pasan entre ellas son mucho mas fuertes que en otros lugares", explica Johnston, que espera que en 2015 se podrán lograr granjas de molinos submarinos rentables y de ahí expandir la tecnología internacionalmente.
Una de las personas más implicadas en que la fuerza de las olas se convierta en una fuente de energía viable y comercial es Paul O'Brian, responsable de innovación de la agencia pública escocesa Scottish Enterprise.
"Tenemos que aprender de los errores del pasado. Hace 25 años estábamos liderando la investigación de esta energía pero el Gobierno retiró los fondos y Dinamarca se hizo con toda nuestra tecnología. Esta vez no vamos a desaprovechar las posibilidades que nos dan aquí las olas y las mareas", explica a Efe.
En 2003, el Gobierno británico puso en marcha en las islas Orcadas el Centro Europeo de Energía Marina, un laboratorio en el que compañías de todo el mundo prueban sus tecnologías. Todo empezó con tres especialistas, ahora trabajan allí 45.
La española Iberdrola, a través de su filial escocesa, es una de las compañías que más está invirtiendo en las islas.
"Hemos tenido mucho éxito en atraer compañías internacionales", reconoce O'Brian, que cuenta cómo la próxima semana un grupo de japoneses aterrizará en las Orcadas para analizar un sistema que se plantea como una buena alternativa energética para el país nipón.
Los beneficios para las pequeñas y rurales islas escocesas es ya evidente.
Según el Gobierno escocés, cada empresa que llega a las Orcadas para experimentar en el EMEC gasta un millón de libras (1.29 millones de euros) anual y el año próximo se esperan los equipos de catorce compañías de Australia, Japón, Chile, Alemania o la isla caribeña de Antigua.
Entre empleos directos e indirectos, de la energía marina viven en las islas 250 personas, que podría aumentar significativamente cuando se demuestre su viabilidad comercial y se convierta en una gran industria.
"La visión de los habitantes de las Orcadas ha creado este fenómeno. Fueron ellos los que promovieron la creación aquí del EMEC y nueve años después ya están recogiendo los frutos de esa apuesta", comenta mientras saluda a un grupo de vecinos de estas emprendedoras islas.
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