jueves, 26 de febrero de 2015

El olor y el aire limpio.

Es el olfato, lo primero que nos indica que lo respirado es saludable o no. 
Si salimos y nos encontramos con un olor fresco a plantas o agua, estamos respirando un aire más o menos limpio, pero si percibimos olores desagradables, ese aire no es precisamente algo saludable.

Si nos gusta respirar aire limpio, y nos preocupa nuestra salud, y la de las personas que nos rodean, no podemos quedarnos de brazos cruzados, y no hacer nada, para que lo que no nos gusta, tengamos que sufrirlo, de forma continuada, por no existir otra posibilidad, las posibilidades de mejorar el aire que respiramos son infinitas. 

Solo tenemos que concienciarnos y ponernos a trabajar, en aquello que verdaderamente nos interesa.

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